Cada
niño y cada niña se sostiene sobre los pilares de su familia, de
donde nace su entereza, la referencia y la seguridad necesaria para
crecer. La madre y el padre representan el eje vital en la infancia y
es el vínculo de amor entre los miembros de la familia, lo que
permite que la niña o niño viva y se desarrolle.
De
este modo consideramos a los padres los primeros y principales
responsables del acompañamiento durante el crecimiento.
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